6 de agosto de 2013

Los camellos y Viki Donda

"Gibbon observa que en el libro árabe por excelencia, en el Alcorán, no hay camellos; yo creo que si hubiera alguna duda sobre la autenticidad del Alcorán bastaría esta ausencia de camellos para probar que es árabe." dice Jorge Luis Borges en "El escritor argentino y la tradición", texto que, ya en la producción avanzada del autor, reniega absolutamente del color local como herramienta para construir un relato que dé cuenta, precisamente, del tema "argentino". Mirando los spots electorales, no había forma de que esta frase -falsa, además, porque en el Corán hay camellos, sólo que nadie se iba a exponer a criticar a Borges y, menos aún, a leer el texto sagrado del Islam para falsear semejante afirmación determinante- no volviera una y otra vez a mi cabeza. Especialmente, estoy pensando en una enemiga de la casa, con la cual no nos une ni el amor ni el espanto, sino meramente el odio. Vicky Donda es un personaje de desigual trayectoria política, que actualmente se encuentra como precandidata a diputada por el frente UNEN. De cara a las elecciones, los publicistas de la agrupación consideraron que una buena estrategia era presentarla como la faceta joven de su partido político -que se encuentra compuesto por seres de la talla de Elisa Carrió, Alfonso Prat-Gay, y Ricardo Gil Lavedra-. Ahora bien, ella, como embanderada de las causas que incumben a la juventud, su slogan es "Vamos a portarnos mal" -extraído de una canción de Calle 13-, está a favor de la despenalización de la marihuana y del aborto; consignas que si bien yo también estoy de acuerdo, están claramente orientadas al público joven en la búsqueda de un referente político, a pesar de que la manceba Donda va a las marchas del 18 de abril junto con los dinosaurios de su agrupación, y además, otros seres de extrema belleza como Cecilia Pando y demases. Aún suponiendo que en realidad ir a una agrupación espontánea como la pasada en el mes de abril no significase estar necesariamente de acuerdo con esos seres, estamos ya en agosto a menos de una semana de las elecciones primarias y hay cosas que ni por ingenua que soy -que lo soy- se me pasan por alto. En esto estaba cuando me encontré con este spot de Unen sobre el Candy Crush  y este otro sobre la reforma judicial. En ambos videos, la Donda se encuentra con Gil Lavedra y le enseña a manejar ciertos códigos de la política nueva, descontracturada. En el primero, la mujer lo ayuda a destrabar un nivel del famoso juego que inunda las redes sociales, y, en el segundo, le sugiere a Gil Lavedra aflojarse la corbata y sustituir los arcaísmos -extremadamente forzados, vale aclarar- que usa en su discurso y reemplazarlos por palabras para que entiendan todos como "tu mamá" sic VickyDó. El tema clave que aparece en ambos es, claramente, Viki como la hermeneuta de los códigos propios de los sub 30. Mi incógnita: ¿es necesario enaltecerlo tanto si no fuera porque, en realidad, -y creo que ella lo sabe- su partido es rancio, huele a viejo, a arcaico? Vicky querida, manejar el lecto juvenil no te hace apetecible a los que aún tenemos dos dedos de frente; que me contestes los tweets donde uso construcciones como "el que no hace palmas..." sólo me hace dar cuenta que esa grieta entre el chorizo feliz y el chorizo triste de los asados, es invisible. Porque la única brecha que hay entre humanos es la de oprimidos y opresores. Y mientras tu ingenuidad y tu límite mental te hagan sentir que, porque no sos corrupta económicamente, no sos corrompible ideológicamente... estás perdida. Porque si tu "portarte mal" no es rebelarte contra el establishment, las relaciones de poder, el patriarcalismo occidental -cómo olvidar cuando anunciaste tu casamiento en plena sesión en el Congreso-...¿para qué te portás mal?