Hoy he saldado una deuda pendiente con mi vida. a nueve días de haber cumplido dieciocho años, fui al casino de tigre con mi abuela, vecina de la zona y caracterizada por poseer un principio de ludomanía y una suerte increíble.
a las doce del mediodía procedimos la marcha hacia "las vegas" versión tercermundista, con tour incluido. visité los tres pisos, vi máquinas tragamonedas, ruletas, gente fumando, jubilados, ruidos nocivos, humo, luces de neón, trajes rojos, cartas, fichas, baldes.
siempre quise ver a mi abuela en acción, pero nunca creí que sería así.
enumerando:
· le habló a las máquinas. les decía: "dale, caballito". las tocaba, las besaba.
· jugó parada. me describió su ritual: siempre de pie, juega tres fichas, si no gana algo, se va.
· puso veinte pesos en una máquina de cinco centavos. se llevó ciento veinte.
la visita superó ampliamente mis expectativas.
pd: yo gané veinte pesos. pero jugué con la plata de mi abuela. obviamente.
23 de octubre de 2009
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
4 comentarios:
no es "DE la ruleta te quiero llevar"?
las maquinitas no existen comparadas a la ruleta
que cosa que nunca me llamó la atención.
no me gustan las apuestas, y ni en pedo tiraría mi dinero en un par de maquinolas
(debe ser también porque nunca en mi vida gané nada)
- y ni siquiera soy afortunada en el amor ..
que tristeza
Yo fuí a las maquinitas (obvio que no gané ni un centavo)
yo no soporto las maquinitas, pero amo ahondarme en la estadística de cada juego
Publicar un comentario