V de venganza

Confieso que me va a costar plantearme objetiva frente a una película de Campanella. Sin embargo, si esto es un intento de crítica de cine o semejante, estoy expresando mi opinión. Además, como dijo Bajtin, toda palabra está cargadapor su utilización previa, por ende, ser objetivo es irrealizable. Se puede pretender ser objetivo, pero no es mi caso, ni me interesa.
Vi "El secreto de sus ojos" dos veces. Una como prensa, con todo lo que eso implica, y otra en una función común. Si hay algo que privilegio de esta película, es que se queda en tu cabeza. Podés estar o no de acuerdo, leerla más o menos superficialmente, pero como espectador, perdura. Y no se va.
La primera vez que la vi, pasaron dos, tres días y seguía pensando. Pero empecemos desde el principio.
Las actuaciones me parecieron geniales, creíbles. Darín ya se acostumbra a brillar en estos papeles, y ya no sorprende su ductilidad. Villamil encanta con su elegancia indiscutible. Francella va a hacerle un monumento, porque será reconocido como el excelente actor que puede ser, si está bien dirigido y con una historia sólida detrás.
La precisión narrativa es envidiable. Agilidad, contenido. Al menos eso me ofreció la película. Sin embargo, así como es tan grande en momentos -(el plano secuencia de Huracán no tiene nada que envidiarle a cualquier superproducción yanqui)-, se precipita un poco al final, que es algo abrupto.
La película puede pecar de ambiciosa, ya que abarca muchos temas de no fácil tratado. Justicia por mano propia, pena de muerte, soledad, amores frustrados. Vidas frustradas.
Me pareció que esta película refleja obsesiones. Obsesión por la justicia. Amores obsesivos. Hay al menos tres obsesiones en esta película: Benjamín Expósito (Ricardo Darín), con su amor obsesivo, mudo, perdurable hacia Irene Menéndez Hastings (Soledad Villamil). Ricardo Morales (Pablo Rago), obsesionado con la justicia, con hacer justicia. A su vez, obsesionado con el asesino, con el crimen irresuelto.
La fotografía, la dirección de arte y el vestuario son geniales, adecuados a la época y bien hechos.
Me parece una película importante y realmente muy buena. No solamente porque es completamente "visible" (hecho poco frecuente en el Nuevo Cine Argentino) sino porque no subestima al espectador, haciéndolo reflexionar. Y no es poca cosa.