10 de septiembre de 2008

mareo

Adolescente confundido, te hablo (¿nos hablo?). A vos, que alejaste tus miedos y tus peores presentimientos, dejándolos a un lado, apartados, simulando que no formaban parte de tu vida. Ahora es justamente esta vida la que te parece ficcional, creaste tu mundo con tus reglas, sólidas, fuertes, inquebrantables, que no permitían ningún atisbo de fisura, nada del mundo exterior parecía tocarte, estabas ahí, arriba, ingrávido, intocable. Fue algo, tan pequeño e imperceptible que pasaste por alto, no lo notaste (¡ingenuo! te lamentás ahora, cuando ya es tarde). Fue esa minúscula partícula, esa presencia, la que derrumbó tu mentira, y ahora es lo externo lo que se acerca, te inunda, te ahoga, te agobia y es lo inevitable tan real, y la única ley.

3 comentarios:

dijo...

fuertes palabras, y a la vez llenas de un saber lleno de amor.
besos

euge dijo...

que bueno!
a links :)

Damian! dijo...

Uhh! dolio, me gusto, pero dolio...
buen post, de los que me gustan...
Saludos muchachia!